METALLICA O EL APOCALIPSIS EN LIMA
METALLICA O EL APOCALIPSIS EN LIMA
(METALLICA No. 1)
"Una puesta en escena máxima que quedará impregnada en las retinas y oídos de las casi 50,000 personas que acudimos a San Marcos. Una noche que nos acompañará hasta el final, a nuestra última morada".
Rafael Valdizán
"El Comercio", C-12, Miércoles 20 de enero del 2010.
La caballería apocalíptica cumplió su misión de llevarnos a los extramuros de la percepción, donde las bandadas de aves metálicas destruían con estridencia nuestros cerebros y oídos.
Así emanó Metallica. Apocalíptica, estruendosa. Una descarga nuclear de rasgueos, distorsiones, bombos y bajos que te convertían en parte de la familia que Hitfield proclama alrededor del mundo entre rayos eléctricos y de la tribu que ancestralmente redescubrimos en cada pogo primigenio y cavernoso.
"¡¡My friends!! ¡¡Metallica is a family!!", "¡¡Mis amigos!! ¡¡Metallica es una familia!!" clamaba místico Hitfield y es cierto, la comunión posesa es la misma en todo el planeta, los seres más normales y extraños del universo se cruzan, se interceptan en su destino para descubrirse hermanos de los Jinetes del Apocalipsis y orar con ellos en cantos magnéticos y cósmicos.
Dos horas incesantes de power y energía en una experiencia que será difícil apenas de igualar, e imposible de olvidar.
- "¡¡Que se acabe el mundo!!"
- "¡¡Ya puedo escansar en paz!!"
- "¡¡Esto tiene que ser un sueño!!"
- "¡¡Nada los podrá igualar!!"
- "¡¡Lo malo es que no habrá nada superior!! ¡¡Son insuperables!!"
Estas son sólo algunas de las expresiones que se escuchaban entre los elegidos a la liturgia negra, sabedores que estaban viviendo una expeiencia capital en sus vidas, un momento que marcará un antes y un después, porque sus almas chirriaban y se expandían hasta límites inconcebibles, hasta las alturas y profundidades que sólo Metallica sabe convocar entre piras de fuego.
Metallica no es un grupo, es una transportación, un grito monumental a la vida y la muerte, una potencia que se convierte en electricidad pura y música, y que sólo puede explicarla quien la ha vivido, como quien ha vuelto del umbral del más allá, la experiencia es infinitamente tribal y a la vez personal.
Sólo los elegidos podrán ingresar al paraíso del metal parece decir un letrero invisible en la entrada de San Marcos, y así fue, hemos sido los elegidos, los más de 50,000 hermanos que nos fundimos con las venas negras de todos los hermanos que alrededor del mundo han formado la caballería eléctrica de sus conciertos y sus discos.
¡¡Salgan de la luz!!
¡¡Entren en la noche!!
grita Hitfield y la espera de 25 años en la vida y 9 horas en el estadio con la tribu de mi barrio junto a todas las tribus elegidas de Lima, del Perú, de Ecuador, de Colombia, de Bolivia, de Venezuela, para evocar el fin del mundo en eléctrico trash, llegó a su metalero fin.
Ulrich, un poseso de la batería, genio de los metales y los bombos, quizá el más grande baterista de la historia del rock; Hammet, también entre los 5 mejores guitarristas de la historia del rock; Trujillo, el excéntrico y querido hermano menor recién llegado de las cavernas; y Hitfield, el amo de la noche, el domador de las tormentas eléctricas, el grito que viene desde las profundidades de la luz y la oscuridad, el que une a toda la familia metálica alrededor del planeta.
Con cada minuto que pasa y le está pasando a todos los que estuvimos allí, parece un sueño lo que hemos vivido, un hecho imposible, irreal, pero que ha sucedido y nos ha sucedido ha nosotros.
Con nuestra alma pura y negra hemos vuelto sobre nuestros pasos luego del concierto y hemos descubierto que si la tierra se acaba, la banda sonora del fin del mundo sólo podría ser "Creeping Death", o cualquier otra poderosa de Metallica.
EXTRA.- Les dejo 5 de los títulos clásicos y fundamentales de Metallica en concierto, tan poderosos como el de Lima. Esta a tiempo de subirse a la hoy, mejor banda del mundo. Si no son de su agrado, no hay problema. Simplemente no están preparados para el Apocalipsis...
MASTER OF PUPPETS
SEEK AND DESTROY
ONE
NOTHING ELSE MATTERS
CREEPING DEATH
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